Poemas cortos


 

Epílogo


Soy las ofuscaciones,
la suerte de tristeza
en lo incierto, las luces
de alegrías, las sombras
predilectas, la noche
sediciosa, ave de besos
en un instante precoz
y desalmado.

 

 



Luces

De sobra luces inmóviles
que se inquietan sin perfil,
sin horizonte, tantas luces
somos, que me apago…
para que ardan otros
intensos llantos
de impotencia.

 




Movimiento



Las estáticas piernas
Y un grito que otro
de un pelo a otro pelo
en la cabeza
no se oye un grito
de alegría, de pánico.
Somos narradores
solo eso…
de un presente vivido,
hasta se dejan de amar
entre las gentes
por el poder de no poder
con un abrazo.



 


 Contornos


Todo el terreno es movedizo
si te hundes, ya estás
quieto amorcito
y veo en los contornos
se escuchan alaridos,
las camas, los ladrillos
los zapatos, los cepillos
dominados por cuerpos,
por cementos, por cordones,
por pasta.
¡todo está bendecido!

 




Aparecido

Y es cierto…
la soledad me dice
esto ya he vivido,
esas persecuciones
de los cuerpos desnudos,
es historia circular,
repetitiva;
es un film en cuarto frío
resguardado,
un remasterizado
de una película de esas
que me recuerda el cine mudo.


 Visiones



realmente es surrealismo
es cuento, relato, narrativa
cuando la acción perdió
la perspectiva,
seguimos cantando
el estribillo
de la misma canción
de tiempos idos
y vueltos,
no hay desplazamiento
en longitud
solo giros
como remolinos
que algunos conocemos
y decimos que sospechamos,
y estuvimos
bailando el mismo
vals de las chinelas.



Versan



Tus oscuras profundidades
del pensamiento, del cabello
del cuello, la garganta
del sentimiento lira
y el cántico risueño, cascada,
que me abruma, se derrama
en tus pechos desnudos,
agudos, mirando hacia la espuma,
hacia el hermoso río tan sediento.
Percibo ondas sonoras
de una melodía sentimental
y dulce voz ardiente,
inaudible.
y la inclemente miel
de los labios impenetrables
de esa rosa impaciente
que no calla en silencio,
y versan llamaradas
secas del anhelado amor.

 



Tus poemas


Tus gritos, tus silencios
tus fuegos, tus dolores
tus dulces, y tus agrios
tus soles y tus nubes
tus mares y tus montes
tus besos y tus lluvias,
tus fríos y tus fiebres,
tus flores y tus frutas
tus lunas, tus dragones.

 




Decreto



Fabulosa epifanía
luego de una catarsis,
con dragones inquietos
asolando mi cuerpo,
quemando la nostalgia
cenizas de alegrías
con otras sensaciones
que son muchas, por cierto,
el animal anda suelto
por las noches entradas
y salidas de días…
la pena de no estarte,
de no sentirte y darte
el estandarte,
mi arte por decreto.