Remolinos danzando
al son de una guitarra,
en las aguas que se agitan,
en giros del vasto espacio
que tiembla, y estremece
la ternura luminosa, que abriga
las mentes en calma.
Las aguas…
en sus ciclos perdurables,
los ríos, las crecientes,
el mar se eleva y desciende
por el cauce de sonidos,
de gozo espontáneo, y un soplo
derrama los plácidos céfiros,
y enjuagan las rocas de mi alma.
©José Ángel Pineda ©Creatividad poética