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La poesía erótica japonesa



La poesía erótica japonesa ha sido una tradición cultural rica y fascinante, cargada de simbolismo, sutileza y una profunda conexión con el deseo y la sensualidad, a menudo enmarcada en la estética de lo sublime y lo natural. Desde los tiempos antiguos hasta la época contemporánea, muchos poetas han explorado estos temas, abordando la erotización de la naturaleza, el cuerpo humano y las emociones humanas de maneras muy delicadas pero profundamente sensuales.
Algunos de los principales exponentes de la poesía erótica japonesa incluyen:


1. Izumi Shikibu (和泉式部)

Vivió en el Período Heian (794-1185) y es una de las poetisas más famosas de la antología "Shūi Wakashū". Izumi Shikibu se destaca por sus poemas de amor apasionados y explícitos, que a menudo tratan temas de la belleza, el deseo y la fugacidad de las relaciones amorosas. Su obra reflejaba la complejidad emocional de las relaciones íntimas, manteniendo una sensualidad contenida dentro de los límites del arte japonés.




Ejemplo de uno de sus poemas eróticos:

"Bajo el cuerpo del amante,

se me enciende el corazón.

El amor no pide tiempo,

ni lo entiende. Sólo arde."




2. Saigyō (西行)

Saigyō fue un monje y poeta durante el Período Heian y es famoso por sus haikus y poesías de amor. Aunque Saigyō era un monje budista y su vida y escritos reflejaban una profunda relación espiritual con la naturaleza y el amor idealizado, muchos de sus poemas tienen una sensualidad implícita que toca lo erótico de manera sofisticada. Él muestra una relación entre el deseo terrenal y lo espiritual, a menudo escribiendo sobre el amor no solo como algo físico, sino también como un lazo profundo.




3. Yoshida Kenkō (吉田兼好)

Yoshida Kenkō, un monje del Período Kamakura, es conocido por su obra "Tsurezuregusa" (Ensayos de ocio), que a menudo contiene reflexiones sobre el amor, la sensualidad y el deseo. A pesar de no ser un poeta erótico en el sentido explícito, muchos de sus ensayos incluyen comentarios sobre la pasión, el deseo físico y el amor fugaz. El tono de su escritura es meditativo, pero, a través de sus observaciones, explora lo efímero de las relaciones humanas.




4. Murasaki Shikibu (紫式部)

Aunque principalmente conocida como la autora de la monumental obra "Genji Monogatari" (El cuento de Genji), Murasaki Shikibu también empleó una gran cantidad de elementos eróticos en su narrativa. Su obra trata de las complejas relaciones amorosas de la corte imperial, y a menudo describe encuentros amorosos en términos sensuales y emocionalmente profundos. El deseo y la atracción física están entrelazados con el destino y la fugacidad del amor en la corte.




"En el jardín, el perfume de las flores,

y en mis pensamientos, el aroma de tu piel.

Cada beso me aleja de la razón,

como un río que no deja de fluir."




5. Noboru Kawabata (川端康成)

Kawabata es un autor moderno japonés, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1968. Aunque su obra no es exclusivamente erótica, hay elementos de sensualidad muy presentes en su trabajo. Su estilo es muy refinado, y muchos de sus escritos, como en "La casa de las bellas durmientes" o en su obra "Lo bello y lo triste", exploran los deseos humanos de una forma elegante y casi filosófica. La sensualidad en Kawabata está impregnada de una atmósfera de melancolía y belleza pura, explorando la atracción física, emocional y espiritual.




6. Tanka y Haiku como formas de poesía erótica

Las formas más tradicionales de la poesía japonesa, como el Tanka (una forma de poesía de 31 sílabas) y el Haiku (una forma breve de tres líneas), también han sido utilizadas en la poesía erótica japonesa. Muchos poemas de tanka o haiku escritos en la época de la corte imperial o incluso más tarde en los siglos XVI y XVII contienen descripciones sutiles de la atracción física y emocional. A menudo, los poetas sutilizan el erotismo, aludiendo a la sensualidad de la naturaleza o a las emociones humanas sin ser explícitos.




Ejemplo de un tanka erótico:

"El viento acaricia

mi piel como tus manos,

el deseo crece

entre los árboles quietos,

y bajo las sombras baila."




7. Sei Shōnagon (清少納言)

Esta autora, una dama de la corte durante el Período Heian, es conocida por su obra "Makura no Soshi" (El libro de la almohada), que incluye observaciones eróticas sutiles y bastante sensuales. A través de su escritura, aborda el amor, la pasión y la atracción en términos casi juguetones, utilizando la ironía y la observación aguda sobre la corte y las relaciones personales. Aunque no es un exponente directo de la poesía erótica, sus escritos contienen muchas observaciones sobre la atracción física y los deseos amorosos.




La poesía erótica japonesa, a menudo, se caracteriza por su ambigüedad, el uso del sugestivo, y la capacidad de evocar el deseo sin necesidad de mostrarlo explícitamente. Las metáforas naturales, el silencio entre las palabras, y las imágenes evocadoras crean un espacio donde el erotismo se entrelaza con el misticismo y la belleza. La sensualidad en la poesía japonesa clásica no está definida simplemente por lo físico, sino también por una profunda conexión emocional, el desenlace inevitable del deseo y la belleza efímera.

Ejemplos de poemas sobre la naturaleza

1. El susurro del viento entre los árboles

Evoca la suavidad del deseo y la conexión con la naturaleza, donde el viento es un medio para transmitir caricias invisibles.




2. La danza de las sombras bajo la luna

Un tema que mezcla la sensualidad de la noche con la fluidez del deseo, sugeriendo que los cuerpos se mueven sin ser vistos, pero sintiendo la atracción.




3. Las olas que rompen en la orilla

La imagen de las olas es ideal para describir la naturaleza del deseo: suave al principio, pero con una fuerza creciente.




4. Bajo la flor del cerezo

Las flores de cerezo son un símbolo de belleza efímera, lo que las convierte en un ideal para explorar el amor y el deseo como algo fugaz pero hermoso.




5. El perfume de la gardenia en la brisa nocturna

La gardenia es una flor asociada con lo sensual y lo misterioso, perfecta para conectar el deseo con los sentidos.




6. El rocío sobre la hierba de la mañana

La frescura del rocío, que toca suavemente la piel, es una metáfora del deseo que se despierta, suave y lleno de promesas.




7. Luz de las estrellas reflejada en el agua

Un tema que sugiere la intimidad compartida y las conexiones profundas, como dos seres reflejados el uno en el otro.




8. El eco de un suspiro en el bosque

Una alusión a los sonidos suaves, misteriosos, que emergen en la quietud de la naturaleza, creando una atmósfera de intimidad y deseo.




9. La luna que se refleja en el lago sereno

La imagen de la luna, símbolo de lo místico y lo sensual, proyectando su luz sobre el agua tranquila, representa la calma y la profundidad de la pasión.




10. El brillo de la luna sobre el monte desnudo

Una metáfora poderosa de vulnerabilidad y deseo, simbolizando la conexión con la naturaleza y el cuerpo como un paisaje desnudo de emociones.




11. El aroma del incienso en la habitación oscura

El incienso es un símbolo de lo etéreo y lo sensual, creando una atmósfera cargada de tensión erótica.




12. El murmullo de las fuentes en el jardín secreto

El sonido del agua, como símbolo de pureza y sensualidad, se convierte en una metáfora del amor secreto, prohibido o contenido.




13. Bajo la luz tenue de las lámparas de papel

La luz suave de las lámparas de papel, típica de la cultura japonesa, crea una atmósfera sensual, cálida y protectora, perfecta para explorar encuentros furtivos y apasionados.




14. El brillo de la carpa roja en el estanque

La carpa, en la cultura japonesa, simboliza la pasión y el amor, lo que hace de este tema un adecuado punto de partida para relatos de deseo y amor no correspondido o prohibido.




15. La suavidad de la seda entre los dedos

La seda es un material que evoca la suavidad y la sensualidad de un tacto delicado, ideal para retratar el deseo y la fragilidad del amor.




16. El canto de la grulla al amanecer

La grulla es un símbolo de longevidad, pero también de los anhelos y sueños, lo que convierte su canto al amanecer en una metáfora de la búsqueda de un amor eterno.




17. El fuego lento de la primavera

Un fuego simbólico que representa la pasión lenta pero constante, como la floración que se desarrolla con el tiempo.




18. El perfume de la peonía en la noche cálida

La peonía, asociada con el amor y la belleza, es un tema perfecto para explorar el deseo sin restricciones, combinado con la calidez y el misterio de la noche.




19. El encuentro de dos cuerpos en el campo de arroz

El campo de arroz, en su simplicidad, es un lugar natural que ofrece un espacio para la conexión más primitiva y sin artificios.




20. El crisol del deseo bajo el cielo lluvioso

El contraste entre la lluvia, que limpia y renueva, y el deseo, que no se detiene, crea una imagen poderosa de pasión imparable.





Poemas japoneses





Poemas japoneses



Existen mucho poemas breves, con métrica exacta, el más popular el mundo occidental es el HAIKU

La métrica del Haiku es (5-7-5). Pero además del popular Haiku existen otros tipos de poemas breves y que son suficientemente en su tamaño, ya que cuentan con textos bellísimos de mucha profundidad, lógicamente esto depende de los gusto y calidad que le imprime cada persona. Además del Haiku que el más conocido comúnmente, existen el senryu, el hokku y el mük.

En estos poema la naturaleza es la esencia de los mismos.



La poesía japonesa, sin embargo, posee una rica variedad de formas poéticas que permitieron a esta milenaria cultura cubrir diversidad de temas, no solamente el de la naturaleza. Algunas de estas formas son específicas para expresar temas espirituales mientras que otras sirven para expresar opiniones sarcásticas sobre el amor o el trabajo, otras fueran hechas para escribirse por dos poetas (y más) y algunos otros, en lo que respecta al tema a cubrir, gozan de mucha libertad.



Muchos de estos poemas tienen tan solo unos pocos versos más; pero otros, en cambio, pueden contener buena cantidad de ellos para construir poemas muy largos, como el chöka.

Hay una gran diversidad de poemas japoneses siendo los más populares el chöka y el tanka.



Chöka

El origen del chöka como forma poética se remonta a la época medieval del Japón. Siendo este tipo de poema un cauce principal de buena parte de la poesía lírica de la época, en el año 759 D.C., Otomo no Yakamochi lo recoge en la antología Manyōshū.

Al parecer, en esta antología los autores masculinos escribieron poemas chöka bastante largos, entre 50 y 100 versos, con un marcado tono externo, dejando poco lugar a los asuntos íntimos, sentimientos y emociones. Las mujeres escritoras, sin embargo, prefirieron el tanka, pues sintieron que este era mejor instrumento poético para desplegar su sensibilidad femenina. El chöka no prohíbe sin embargo el tema emocional, sentimientos y asuntos íntimos; su contenido puede ser variado y amplio en general.

No tiene nombre

No lleva rimas consonantes

Es posible usar rimas asonantes

Admite todo tipo de recursos líricos y retóricos

La cantidad de versos es variable:

Puede ser tan largo como el poeta guste

La cantidad mínima de versos, dada su configuración métrica, es de 7 versos, para diferenciarlo de un tanka, como ya veremos más adelante

Un chöka debe terminar en un katauta de 3 versos con métrica 5-7-7 y contener 2 o más pares de versos 5-7; de esta cuenta, su métrica mínima es: 5-7, 5-7,5-7-7

Veamos el siguiente ejemplo de chöka:



Llueven sakura

cual lágrimas en pétalos,

nostalgia rosa

inundando el asfalto,

y llora mi alma

que el reencuentro quiere;

melancolía

en acento pastel

y sabor a cereza.



Tanka

De alguna manera es posible decir que el tanka tiene al menos unos 1500 años de existir, no en su forma directa, pero sí como parte de otros formatos de poesía japonesa. Uno de los formatos en que existía era el somonka, que es también un poema japonés muy antiguo.



El tanka en su forma particular y definida lo creó Masaoka Shiki, y comparte origen con el hokku, pues ambos nacen del renga (un tipo de poesía colectiva japonesa). Un renga lo inicia un poeta con un hokku (5-7-5) y lo responde otro poeta con un par de versos 7-7. De allí que los primeros 5 versos de un renga (aunque escrito por 2 poetas) dieran origen, más tarde, al tanka.



Como indicamos antes, las poetas japonesas incluidas en la antología Manyōshū, eligieron el tanka para desplegar su belleza poética adornada de gran sensibilidad femenina. De hecho, en un principio, el tanka se usaba como una manera de enviar mensajes codificados entre amantes secretos. La codificación yacía en el uso de metáforas en lugar de lenguaje sencillo y directo. Esto para evitar, si el mensajero sabía leer, que éste pudiera pecar de indiscreto.



Hoy día el tanka se puede usar para diversidad de temas.



En un tanka los primeros 3 versos se conocen como kami-no-ku, de los cuales, el tercero, se denomina verso pivote. Los últimos 2 versos son el shimo-no-ku. El verso pivote debe contener palabras que sean afines (sinónimos o aspectos comúnmente relacionados a) a una o más palabras del shimo-no-ku y de los primeros versos del kami-no-ku.



Las pautas generales para escribir un tanka son:



No lleva título (igual que el chöka)

Esquema métrico: 5-7-5-7-7

No lleva rimas consonantes

Puede llevar rimas asonantes

Admite todo tipo de recursos líricos y retóricos

Debe tener los enlaces entre el pivote y shimo-no-ku y primeros versos del kami-no-ku

Veamos el siguiente ejemplo de tanka:



Tu roja boca

candado de mis labios,

carmín cerrojo;

soy tu esclavo en cadenas,

mi calabozo… tú.



Notad que el verso 3 (pivote) contiene las palabras clave de enlace: carmín, cerrojo. Los primeros versos del kami-no-ku contienen los enlaces correspondientes: “roja” con “carmín”, “candado” con “cerrojo”. El shimo-no-ku (versos 4 y 5) contiene los enlaces correspondientes: “cadenas” con “cerrojo”, “calabozo” con “cerrojo”.



Finalmente, para ejercitar lo aprendido en este artículo, quiero invitarte a escribir un tanka o un chöka en Poémame.com, en nuestra nueva sección de poesía japonesa.



Notas

Los poetas japoneses consideraban que la rima asonante reducía la calidad del poema, a mi parecer, como si lo hiciera menos puro. Personalmente, en un chöka, prefiero una proporción mínima de rimas asonantes y, si el poema es muy corto, ninguna rima asonante.

En un tanka, siendo tan corto, personalmente prefiero evitar a toda costa las rimas asonantes por las consideraciones de calidad poética de los japoneses, aunque no están prohibidas.


Cinco Haikús de Joan Pined






I

Lo que no intentas

como las hojas quietas

calma de viento

II

Luna apenas

suspende las miradas

senda frondosa

III

Alzado árbol

despierta solitario

deja provocar

IV

Nubes oscuras

auguran los colores

arden el alma

V

Verde natura

las mujeres esperan

sale un cantar

©Joan Pined ©creatividadpoética