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Poemas de Lope de Vega



SONETO XII.
-Lope de Vega-
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.



A LA NOCHE.
-Lope de Vega-

Noche fabricadora de embelecos, 
loca, imaginativa, quimerista, 
que muestras al que en ti su bien conquista, 
los montes llanos y los mares secos;


habitadora de celebros huecos, 
mecánica, filósofa, alquimista, 
encubridora vil, lince sin vista, 
espantadiza de tus mismos ecos;

la sombra, el miedo, el mal se te atribuya, 
solícita, poeta, enferma, fría, 
manos del bravo y pies del fugitivo.

Que vele o duerma, media vida es tuya; 
si velo, te lo pago con el día, 
y si duermo, no siento lo que vivo




ES LA MUJER DEL HOMBRE LO MAS BUENO.
-Lope de Vega-


Es la mujer del hombre lo más bueno,
y locura decir que lo más malo,
su vida suele ser y su regalo,
su muerte suele ser y su veneno.

Cielo a los ojos, cándido y sereno,
que muchas veces al infierno igualo,
por raro al mundo su valor señalo,
por falso al hombre su rigor condeno.

Ella nos da su sangre, ella nos cría,
no ha hecho el cielo cosa más ingrata:
es un ángel, y a veces una arpía.

Quiere, aborrece, trata bien, maltrata,
y es la mujer al fin como sangría,
que a veces da salud, y a veces mata.





AMOR CON TAN HONESTO PENSAMIENTO.
-Lope de Vega-


Amor con tan honesto pensamiento
arde en mi pecho, y con tan dulce pena,
que haciendo grave honor de la condena,
para cantar me sirve de instrumento.

No al fuego, al celestial atento,
en alabanza de Amarilis suena
con esta voz, que el curso al agua enfrena,
mueve la selva y enamora el viento.

La luz primera del primero día,
luego que el sol nació, toda la encierra,
círculo ardiente de su lumbre pura,

y así también, cuando tu sol nacía,
todas las hermosuras de la tierra
remitieron su luz a tu hermosura.